Buenas practicas para la innovación
De Roberto Carballo
Del 26 de febrero 2013
A continuación os muestro 11 formas de hacer buenas prácticas,
es decir, de aprender, de saber, de comprender, de ser, de
innovar.
Las he escrito de un tirón, las he escrito para un curso de
empleo y desarrollo local, y me pareció que tenía que
difundirlas para todos los que les interese. Ahí van:
1. Es una buena práctica intentarlo todos los días, y si puede ser
a las mismas horas.
2. También lo es, hacer síntesis de lo que se lee, y aportar
algo a lo que se lee o trabaja o experimenta. Es importante eso
de: “dejar mejorado lo que hemos recibido”.
3. Es una buena práctica, que todo tenga un sentido práctico,
aplicativo. Hacer las cosas sólo por saberlas no suele ser tan
buena práctica como la indicada.
4. Es una buena práctica compartir lo que se sabe o se ha
aprendido, porque al compartirlo nos sentimos bien
internamente, y eso nos hace profundizar más en lo que hemos
aprendido.
5. Escribir lo que se piensa es una práctica estupenda, que
además es terapeutica, porque nos evita muchos problemas que
nos parecen grandes mientras no los sacamos, pero cuando los
vemos escritos en un papel, son como todos, normalitos y
abordables. Eso nos lleva a que escribáis en vuestro blog. Es
para vosotros, no es para los demás, pero los demás se sentirán
bien y harán más cosas, si os ven que vosotros les aportáis
cosas.
6. Es una buena práctica marcarse objetivos, objetivos
relativamente difíciles, pero no imposibles. Los objetivos
desarrollan nuestra responsabilidad, y con quién somos más
responsables es con nosotros mismos. Por tanto, marcarse
objetivos cuando uno empieza algo, por ejemplo, este curso, es
una buena práctica.
7. Saber escuchar es también una buena práctica. Para ello hay
que pensar que los demás tienen muchas cosas que decir, y que
aunque digan lo que nosotros ya sabemos, lo dicen de otra
forma, y en ese sentido, podemos aprender hasta de lo que
parece igual, pero no lo es.
8. Es una buena práctica rodearse de buena gente, y es buena
gente aquella que trabaja y que comparte, es decir, aquella con
la que podemos aprender muchas cosas. Tener amigos es
importante, pero tener buenos amigos es mucho más. El otro no
es un enemigo, sino un amigo potencial. Va a dejar de ser el otro
cuando le dejemos mostrarse y aportar lo mucho que lleva
dentro. Y al conocerlo, será ya poco a poco amigo, porque lo
vemos en su comportamiento en relación a la tarea.
9. Es una buena práctica ponerse a la tarea. Es decir, ponerse a
hacer cosas, y no divagar ni vaguear. La mejor forma de
conocernos es compartir tarea o proyectos; la mejor forma de
conocernos es trabajar juntos y saber realmente como es el
otro; la mejor forma de avanzar en el conocimiento del otro es
escuchar y no estar pensando en como rebatir, sino en cómo
complementar, asociar ideas con el otro. Cuando lleguemos a
ese nivel, ya somos unos buenos aspirantes a ser amigos de
alguien.
10. Es una buena práctica tener proyectos y hacerlos en grupo.
Tener proyectos no es tener fantasías. Las fantasías casi
siempre hacen imposibles los proyectos. Tener proyectos es
pensar en horizontes, pero tener objetivos y fases para llegar por
aproximaciones sucesivas a un resultado previsible. Hacerlos en
grupo es mejor que ir solitario. Es verdad que nos han
enseñado a ser solitarios, pero somos sobre todo sociales, y en
esa medida, cuando encontramos el apoyo y la contrastación de
los grupos, somos otros, somos mejores, nos sentimos mejor.
11. Es la mejor práctica saber continuamente donde estamos,
hacer análisis estratégico de nuestras interrelaciones con el
mundo y con nosotros mismos. Avanzar hacia el “conócete a tí
mismo” se consigue sabiendo analizar dónde estamos, y que eso
se convierta en una rutina de nuestra vida. Desde el “donde
estamos” se llega implícitamente a lo que necesitamos hacer
para llegar adónde queramos.
Y este es un buen equipo de futbol de buenas prácticas. Tengo
otras, pero no quiero cansar. Me gustaría que las meditaseis y
escribieseis sobre alguna de ellas en vuestra experiencia. Y no
criticándome, que no tiene sentido y hace perder muchas
energías, sino comprendiéndome e intentando ver todas esas
prácticas en vosotros mismos.